Para aquéllos que buscan la verdad y una vida dinámica

Cristo es Vencedor

Ene/Feb 2003

Número 36 Sep/Oct 2002
PEQUEÑOS ANTE SUS PROPIOS OJOS

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" (Génesis 1:1-2).

Y la tierra estaba desordenada y vacía; y el Espíritu de Dios se movió en la faz de las profundidades. Cuando la tierra estaba desordenada y vacía, el Espíritu de Dios fue capaz de crear forma, belleza y plenitud. Dios mandó que el mundo tenía que ser. No sabemos exactamente cómo ocurrió eso. Pero Dios lo dijo y así fue hecho.

Antes de conocer a Jesús, el hombre cree que él mismo es una gran persona y quiere hacerse aún más grande de lo que cree. ¡Dios llega al vacío del corazón! Hasta que un hombre no se vacíe y sepa que no tiene forma en su corazón, Dios no puede trabajar en él. Usted tiene que saber que no es nadie y que no vale nada. La oración le ayuda a llegar a ese conocimiento.

Es bueno llegar a Jesús sabiendo que no somos nada. Un hombre que ora, pronto sabe que no puede hacer nada por sí mismo. Jesús llegó a esta posición: "No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre" (Juan 5:30). Por sí mismo usted no puede hacer nada.

La oración nos enseña a ser nada ante Dios. Moisés dijo: "¿Quién soy yo para que vaya a Faraón?" Si usted cree que puede hacer algo por Dios, Dios no puede hacer nada con usted. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí que todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17). Formado como una nueva creación a partir de algo ¡que estaba desordenado y vacío! Un cristiano verdadero llega al lugar diciendo: "Señor, no sé nada y no puedo hacer nada. Todo lo que he intentado por Ti, es nada."

Una dama devota que estaba sirviendo a Dios estaba orando para que Dios la utilizara. Ella vio una mano blanca sosteniendo harapos sucios y una voz dijo: "Todo tu trabajo es como harapos sucios. Tu justicia y tu servicio son como harapos hediondos." Si usted está consciente de esa verdad, Dios podrá tomar posesión de usted y le utilizará. Dios llegó cuando todo estaba vacío y creó el mundo. Él creó al hombre a Su semejanza. Él quiere darle al hombre toda la naturaleza de Dios. El mundo aún tiene que ver la energía espiritual que puede salir de un hombre.

Pertenecemos al Cristo roto, cuyo cuerpo fue herido, cuyas manos y piernas fueron perforadas. La cruz nos hará sentir que somos nada. Mientras oramos nos hacemos más y más pequeños ante nuestros ojos y Jesús se hace más y más grande hasta que Él llena el universo. Él dice: "Estoy en ti y tú estás en mí." Él puede llegar ante usted porque lo dañaron por usted. La `nada' que usted es se unirá con Él, quien es el todo. La gente verá a Cristo en usted; tu toque, palabras y vida serán justamente como los de Cristo.

Al vacío llegó Dios y creó el mundo. Más maravilloso que el mundo es el hombre a quien Él creó. La oración nos convierte en `nada' ante Dios. Dentro de esa `nada' llega Dios y nos convierte en criaturas nuevas a semejanza de Jesucristo.

N. Daniel


DAR ES VIVIR

Un hombre estaba cruzando a pie por un área estéril en la parte occidental de los Estados Unidos y estaba casi muerto de sed. Sin esperarlo, tropezó con una choza desierta y abandonada, con una vieja bomba manual. En la base de la bomba, alguien había dejado una jarra de agua sellada con una nota. La nota decía: "No tome esta agua. Úsela para cebar la bomba. Vuelva a llenar la botella para la próxima persona."

El hombre vaciló. Estaba terriblemente sediento y, si por casualidad el pozo estaba seco, podría verter y desperdiciar su
única oportunidad de supervivencia.
Finalmente, decidió arriesgarlo. Lentamente, vertió el agua dentro de la bomba y movió la manilla. Cuando la última porción
del líquido vital bajó por el tubo, surgió de la bomba una buena cantidad de agua fresca. Cuando el hombre partió, dejó tras de sí una jarra llena de agua y colocó la nota de nuevo. Pero él añadió las siguiente palabras: "Inténtelo, funcionó para mi."

Salomón ofreció la misma perla de sabiduría: Si usted quiere tomar del pozo, primero debe cebar la bomba. Este pasaje es acerca de sembrar e invertir, dar y tener la fe que Dios le devuelve _ algún día, si no inmediatamente. Los turcos tenían un proverbio similar: "Haz bien, lánzalo en el agua. Si el pez no lo sabe, Dios sí." La idea es que dar es vivir _ vivir en una manera que de honor a Dios. Así se hace.

Lanzar su pan en el agua no es un esquema de dar para recibir. Frecuentemente, en la Palabra de Dios, el Señor promete que cuando damos, Él nos responderá bendiciéndonos. Pero por qué damos es tan importante como qué damos, y a menudo aún más.

No damos para recibir. El escrito en Lucas 6:38: "Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando," es una promesa de bendición, no el propósito de dar. No damos para que nos devuelvan; damos porque es bueno dar. Cuando ejercemos el dar responsablemente, Dios nos da maravillosas bendiciones.

La palabra dar aparece más de 1.000 veces en la Biblia. Obviamente, Dios considera el dar como algo muy importante. Proverbios 13:7 advierte: "Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; y hay quienes pretenden ser pobres y tienen muchas riquezas." En otras palabras, la persona que se enfoca en recibir al final no tendrá nada. Mientras que el otro que se dedica a dar, tendrá abundancia. La Biblia dice que cuando damos, Dios nos hará ricos, pero eso puede suceder en formas que jamás habíamos soñado.

Un predicador alemán muy conocido durante el siglo XVII, llamado August Francke fundó un orfanato y recogió a los niños sin hogar que vivían en las calles de Halle, Alemania. Un día, cuando estaba desesperadamente necesitado de fondos para llevar a cabo su trabajo, una viuda cristiana desamparada llegó a su puerta mendigando dinero. Todo lo que ella quería era una moneda de oro. Debido a su propia situación financiera, él le dijo que no podía en forma cortés y con pesar. Simplemente, no tenía la moneda para dársela. Descorazonada, la mujer se sentó y comenzó a llorar.

Francke se conmovió tanto por sus lágrimas que le dijo: "Espere un minuto. Déjeme entrar y hablar con el Señor acerca del caso." Entró en el orfanato, cerró la puerta de su oficina y comenzó a orar, buscando la guía de Dios. Mientras oraba, sintió al Espíritu de Dios que deseaba que le diera a la mujer su última moneda de oro. Confiando en que el Señor podría satisfacer sus propias necesidades, le dio a la mujer el dinero. No tuvo ningúna anticipación de recibir algo como respuesta; simplemente hizo lo que era justo.

Dos días más tarde recibió una cálida carta de agradecimiento de esta viuda. Ella escribió que debido a su generosidad ella le había pedido al Señor que bañara al orfanato de regalos. El mismo día él recibió doce monedas de oro de una mujer rica, y dos de un amigo en Suecia. Él pensó que había sido ampliamente recompensado por su buena acción con esa mujer, pero poco después le informaron que el Príncipe Ludwig von Vertenberg había muerto, y que en su testamento había establecido que se dieran 500 monedas de oro al orfanato.

Esta es la actitud que Dios busca entre su gente. Él quiere que lancemos nuestro pan a las aguas, para dar sin esperar recompensa. La perla de la sabiduría nos enseña hacer simplemente lo que es correcto y dejar que Dios se ocupe del resto. Estoy seguro de que August Francke diría: "Inténtelo, funcionó para mi."

Mucha gente condiciona su dar de acuerdo con sus ganancias. Si el proceso se revierte y el Dador de Todo repartiera nuestras ganancias según nuestro dar, algunos de nosotros seríamos muy pobres.

Dios nos ha dado dos manos, una para recibir y una para dar. No somos cisternas hechas para almacenar, somos canales hechos para compartir. Si fallamos en cumplir este deber divino y este privilegio, hemos perdido el significado de la cristiandad.

TODO LO QUE GUARDÉ, LO PERDÍ.

TODO LO QUE GASTÉ, LO TUVE.

TODO LO QUE DÍ, LO TENGO.

Seleccionado

VENCIENDO - CON LA AYUDA DE DIOS

"Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se forteleció en el SEÑOR su Dios" (I Samuel 30: 6).

Una situación muy tensa había surgido. David no podía vivir con seguridad en Israel, como rey Saúl lo estaba buscando por toda la tierra, lleno de inmensa amargura. Por tanto, David había buscado refugio en la tierra de los filisteos y su rey le había dado la ciudad de Siclag para vivir.

Poco después que David y sus hombres se habían establecido con sus esposas en Siclag, los amalecitas invadieron Siclag y se llevaron cautivos a todas las esposas e hijos de David y de sus hombres. Entonces, cuando David regresó a Siclag encontró que la ciudad había sido incendiada y que todo lo que le pertenecía a sus hombres fue llevado cautivo.

Tan severo fue el efecto de la desolación que los amalecitas llevaron a los hombres de David que algunos hablaron de apedrear a David. Era de verdad una hora oscura. Cuán desmoralizados estaban esos hombres cuyos hogares fueron invadidos y cuyos hijos fueron tomados cautivos. Por todos lados se atacó a David, y hasta sus hombres de más confianza parecieron ponerse en su contra. David se dirigió a Dios. En una hora así cuando la mayoría de la gente entra en pánico y buscan refugio en la auto compasión, David se fortaleció en el Señor, su Dios.

Una religión que no apoye al hombre en la hora de desgracia y en el momento de prueba no es una religión. Es simplemente una forma de tradición familiar; es una superstición o una concesión sentimental ante las creencias de los antepasados. Pero para ponerlo todo en pocas palabras, esa religión no tiene valor. Pero no es esa la religión del que busca al Salvador para el perdón de los pecados y la salvación de su alma.

Al decir que `David se fortaleció en el Señor su Dios' no significa que obtuvo una noble resignación y dejó que los acontecimientos siguieran su curso. Cuando uno conoce al Dios viviente, hay suficiente gracia y fuerza con Dios para ayudar a un hombre a recuperar toda su pérdida.

La fe no es nada más que una acción dirigida por Dios. La fe nunca es estática. Sin duda, el primer paso en la fe es aprender a mantenerse quieto, para que Dios pueda hablarle a usted. Muy poca gente aprende esta quietud. Cuando sus propios pensamientos y sus propios planes y las voces de quienes le rodean se apartan, entonces Dios comienza a revelarle Su voluntad. "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones, enaltecido seré en la tierra" (Salmo 46:10).

Luego, David buscó la voluntad de Dios. "Y David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos" (I Samuel 30:8).

David obedeció y persiguió a los amalecitas. Dios le dio la victoria completa. Fue capaz de recuperar todo lo que los amalecitas se habían llevado. Cuando nos guía el Espíritu de Dios, recuperamos todo en toda situación. No debemos desmayar ante los obstáculos que parece que están dispuestos contra nosotros; debemos fortalecernos en el Dios viviente que es nuestro Señor y Salvador.

Más que nunca, después del ataque a las torres gemelas del Centro Mundial de Comercio en la ciudad de Nueva York, hoy estamos rodeados de estadísticas terribles, pronósticos estresantes, nubes de guerra y noticias de todas clases. Mientras las compañías colapsan y las fortunas se tambalean, las líneas de los desempleados crecen y se hacen más largas. En muchos pequeños hogares se siente la presión y los padres infelices tienen que ser testigos dolorosos de la triste visión de sus hijos hambrientos. Existe el clamor reconocible: "Nadie sabe hacia dónde vamos a la deriva." En verdad, eso es una hora de gran oscuridad. Pero para aquellos que conocen al Señor Jesús, la hora más oscura puede convertirse en la hora más brillante, por medio de la fe y la oración que prevalece. El Señor es capaz de elevarnos y sacarnos fuera de la situación que parezca más imposible de resolver. Por tanto, sin importar lo que suceda alrededor de nosotros, no debemos permitir que el temor y el miedo difundido por los medios de comunicación entren en nosotros.

Un hermano cuya casa fue robada me dijo lo siguiente: "Me preguntaba que me deseaba enseñar el Señor a través de la pérdida de tantos objetos que usaba constantemente en mi casa." Este hermano siempre daba el diezmo y esta pérdida parecía extraña e inexplicable. La policía lo llamó un día y le dijo: "Señor, el ladrón fue capturado y todas las cosas que le robó se han recuperado. Es muy poco común que se recuperen todos los objetos robados. Pero en su caso, todos los objetos fueron recuperados."

Cuando un cristiano sabe cómo compartir sus bienes con otros y cómo compartir su dinero, no creo que debería sufrir pérdidas sin alguna causa. Debemos preguntarnos: "¿Qué me está enseñando el Señor a través de estas experiencias?" Cuando hayamos aprendido nuestra lección, el Señor nos permitirá ver una recuperación completa. "Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará" (Salmo 1:3).

Cuando obedecemos a Dios y caminamos con humildad ante Él, hay una gran bendición que cae sobre todo el trabajo que hagamos con nuestras manos. Esta bendición es por la extensión de Su Evangelio. No debemos tratar estas bendiciones adicionales como si fueran solamente para nosotros. Son por la extensión del Evangelio.

Cuando John Wesley fue a Newcastle estaba tan impactado por lo que vio, que escribió esto: "Creo que jamás había visto y escuchado tanta borrachera, maldiciones y juramentos, aun en las bocas de los niños pequeños en un período de tiempo tan corto." La conclusión de John Wesley ante tan estremecedora visión fue: "Seguramente, este lugar está listo para Él. `Él que no ha venido para llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.'" Así que predicó allí. La gente primero vino a verle por curiosidad, y luego ¡surgió un grandioso avivamiento!

Dios nos garantiza ver escenas de avivamiento en algunas de nuestras reuniones. Ésta es la hora de avivamiento. Esta es la hora de un ataque sin temor al poder del demonio. Un cristiano jamás puede ser un fatalista flojo. Avivamiento significa que la iglesia está recordando, que la iglesia está arrepentiendo, que la iglesia está repetiendo. "Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras" (Apocalipsis 2:5). Vamos a fortalecernos en Dios nuestro Señor y avancemos sin temor.

- Joshua Daniel


Continuación de El Progreso del Peregrino

Después de cruzar el río los peregrinos llegaron a la puerta de la Ciudad Celestial.

Entonces vi que los Seres Resplandecientes le mandaron que llamaran a la puerta, y cuando así lo hicieron, Enoc, Moisés y Elías miraron por sobre el muro. A ellos se les dijo: "Estos peregrinos han viajado hasta aquí por el amor que tienen hacia el Rey."

Los peregrinos entregaron sus certificados que habían recibido en la puerta estrecha. Los certificados fueron llevados al Rey. Cuando los hubo leído dijo: "¿Dónde están estos hombres?"

"Están afuera a la puerta," le dijeron.

Entonces el Rey ordenó que se abrieran las puertas y que los metieran adentro.

Vi ahora en mi sueño que Cristiano y Esperanzado entraban, y he aquí al entrar fueron transfigurados y se les vistió de vestimentas que brillaban como el oro. También les dieron arpas y coronas. Oí todas las campanas de la ciudad repicar de gozo y les fue dicho: "Entrad en el gozo de vuestro Señor." También oí a los hombres mismos cantar en alta voz: "¡Bendición y honor, y gloria y poder para siempre jamás!" (Ap. 5:13).

Al tornar mi mirada hacia atrás vi a Ignorancia llegar hasta la ribera del río. Lo cruzó facilmente por cuanto un botero, Vana Esperanza, le cruzó con su bote.

Ignorancia también subió la colina y llegó a la puerta, solamente que él llegó sin acompañamiento y nadie le dio la bienvenida.

Cuando llamó a la puerta, los hombres que riraron sobre el muro le preguntaron: "¿De dónde vienes? ¿Qué quieres?"

El contestó: "He comido y bebido delante del Rey, y Él ha enseñado en nuestras calles." Entonces le pidieron el certificado. Ignorancia buscó en su seno tratando de encontrarlos, pero no lo tenía.

Los Ángeles fueron adentro y contaron al Rey que Ignorancia había llegado. Pero el Rey dijo: "Sacadlo afuera, atado de pies y manos."

Entonces ellos tomaron a Ignorancia y lo llevaron por el aire hasta la puerta que vi en la falda de la colina, y lo echaron adentro. Me di cuenta entonces que había un camino al infierno aun desde las puertas del Cielo."

Aquí me desperté y vi que era un sueño.

-         El final -

Extraído del libro El progreso del peregrino ilustrado.

© El progreso del peregrino ilustrado. Editorial Portavoz, PO Box 2607, Grand Rapids, Mi, 49501-2607, U.S.A.


EL EJERCICIO MÁS NOBLE DEL HOMBRE

Durante esta alicción me puse a examinar mi vida en relación con la eternidad en una forma más cercana que cuando estaba en plenitud de la salud. En este examen relativo a la descarga de mis deberes hacia mis semejantes como hombre, un ministro cristiano, y un funcionario de la iglesia, me vi aprobado por mi propia consciencia; pero en relación con mi Salvador y Redentor el resultado fue diferente. Mi devolución de gratitud y obediencia no guardaban proporción con mis obligaciones para redimirme,
preservarme y apoyarme a través de las vicisitudes de la vida, desde la infancia a la ancianidad. La frialdad de mi amor hacia Él. quien primero me amó a mí y que había hecho mucho para mí, me
superó y confundió. Y para completar mi carácter sin valor, no sólo había descuidado el mejorar la gracia concedida según mi deber y mi privilegio, sino que por falta de mejorar había, mientras abundaba en cuidado y labor, declinado mi primer celo y amor. Estaba confundido y, humillándome a mí mismo, imploré misericordia y renové mi pacto para luchar y dedicarme sin reservas al Señor.

- Bishop McKendree

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