Para aquéllos que buscan la verdad y una vida
dinámica
Cristo es Vencedor
Mayo/Junio 2002
|
Jesús
nos llama con un plan y un propósito para
nuestras vidas
"Ven,
por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón,
para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel." Éxodo 3:10
Dios está buscando a un hombre, al hombre
correcto. Moisés fue el más privilegiado entre
los hijos de Israel. Él había sido criado en un
hogar muy religioso y se le dio la educación de un príncipe real.
Dios escuchó los lamentos de los hijos de Israel.
Quería enviar a un hombre para que les
liberara, pero Moisés rechazaba regresar a Egipto.
Dios busca la cooperación. Él dice:
"Yo me encargaré de todo. Tú solamente
tienes que permanecer donde te indique." Pero nos resistimos ante
Él. Nuestra fuerza e inteligencia nos la dio Dios.
Nuestro cuerpo y mente son dones que nos concedió Dios.
Él nos ha dado a cada uno un entrenamiento
especial. Cuando usted ve su vida, se maravilla del por qué no murió
cuando estuvo tan cerca de la muerte. Muchos murieron, pero
usted sobrevivió. ¿Por qué no
murió con los malvados? La mano mística de Dios estaba
detrás de usted como
estuvo detrás de Moisés. Su cuerpo, mente y espíritu son
campos vastos para que Dios los use. Moisés rechazaba
la tarea que le asignó Dios. Dios a menudo tiene que apartarse de
nosotros, moviendo Su cabeza con pena, porque
rechazamos cooperar con Él. Dios le habla a Moisés: "Te
cuidé en la casa de tu madre. Yo estuve contigo en el palacio y
salvé tu vida del
peligro y del pecado. Te
salvé del Faraón cuando quiso matarte.
Te di una esposa y un suegro amante de la
paz. Me aparecí ante ti en el
fuego. Este fuego ya te ha preparado." Pero Moisés aún no estaba dispuesto. ¿Pasa lo mismo en la vida de usted? Hay tanta gente oprimida por ideas
erradas y por religiones equivocadas que no tienen alivio. Dios
está buscando hombres y mujeres que tengan una carga. Dios le dice que usted es Su colaborador. Él le ha
estado observando desde la cuna, de forma tal que las
potencialidades de Dios, que puso en usted, florezcan y beneficien a todos los
que están a su alrededor. Dios le ha observado y le ha dado diferentes
experiencias, que le han dado forma para que sea
adecuado para Su servicio.
Dios nos ruega a nosotros, a quienes ha dado todas las cosas buenas. Su
cuerpo saludable es un don de Dios. ¿Él
tiene que venir a suplicarle, igual que un mendigo suplica
por comida? Olvidamos qué gran Dios tenemos y
cuánto poder hay en Él. Con poca frecuencia las familias cristianas quieren que Él esté en su casa. A
menos que usted vea la amorosa mano del
Señor trabajando misteriosamente en su vida, no se sentirá
agradecido con Él. Si Moisés no hubiese cedido, hubiere muerto como
uno de los medianitas.. Su mirada
está en usted aunque hayan miles alrededor de usted.
Por su fe, usted debe superar el mal que
está en su carne durante los días de su juventud. Dios tuvo que rogarle a Moisés. Seis mil personas
estaban siendo perseguidas y un joven estaba
satisfecho con su vida familiar pacífica y tranquila. Poseía
unos cuantos miles de ovejas, una buena esposa, y dos hijos para ser feliz.
Tenía mucha carne que comer, leche que beber y su vida era calamada y en
paz. No sabía aún el poder de Dios que
iba a liberar a un pueblo que estaba oprimido.
Marcos 12:24. "¿No erráis por esto,
porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?" Si
usted conoce las Escrituras sabrá que tiene un
Dios poderoso. No mantengamos a Jesús alejado, suplicando.
- El difunto Sr. N. Daniel
El
nacimiento de "La Misión del Interior de
la China"
Cuando Hudson y María guardaron su magro equipaje de posesiones
mundanas, cargaron a la pequeña Gracia y abordaron el barco que les
llevaría a Inglaterra en 1860, ellos no tenían idea de que
pasarían casi seis años antes de que regresaran a su amada China.
Aunque estaban muy felices de estar entre amigos y familiares
en Inglaterra, sus pensamientos y sus corazones estaban siempre muy lejos, en Shanghai y en
Ningpo y en otros lugares donde su trabajo les había llevado.
Ellos habían regresado a Inglaterra para
recuperar su salud y pedirles a otros que se les unieran en su labor. Sin ningún sentimiento hiriente por ninguna de las partes, Hudson se
había separado de la Sociedad de Evangelización de los Chinos que
le había enviado originalmente a China.
La Sociedad, con sus procedimientos estrictos y sus limitaciones, se
había restringido a los pueblos costeros de la China.
La carga que ardía en los corazones de Hudson y María era
evangelizar las áreas interiores de ese
país.
Su tiempo en Inglaterra lo emplearon bien.
Junto con un cristiano chino, que les había acompañado
en su viaje, Hudson trabajó
en una revisión del Nuevo Testamento en chino. También
le invitaron para escribir varios artículos acerca de China y
sus necesidades. Estaba muy contento de hacerlo porque sus
artículos y charlas seguramente le interesarían a otros en el trabajo que había quedado pendiente en China.
Durante esos años se reclutaron cinco trabajadores que
navegaron hasta China aún cuando la familia Taylor
todavía no podía regresar allá. Hudson y
María también añadieron tres pequeños hijos a su
familia durante esos años en Inglaterra.
Pese al progreso en todas esas áreas, en 1865, después de
estar en Inglaterra por cinco largos años, Hudson
estaba decepcionado, preguntándose si jamás habría
suficientes misioneros para China.
Más que aumentar, el número de misioneros
protestantes en China estaba declinando cada año más, y los que iban se
quedaban generalmente en los pueblos de la costa. Muy pocos se
aventuraban al interior del
país.
María solamente podía ver cómo su
esposo se retiraba. Trató de mostrarle de
manera tranquila que sería alegre cuando quería hablar, pero cada
vez se encerraba más en sí mismo. Por algunos meses
durmió solamente una hora durante la noche. María trató de mantener a los cuatro niños
pequeños alejados de su padre para que no le molestaran tanto y
continuara la rutina de la vida familiar lo más alegremente posible.
Cuando les llegó una invitación para ir a Brighton,
un pueblo costero, María se sintió
deleitada. ¡Seguramente eso era lo que Hudson
necesitaba!
Tan pronto como
llegaron a Brighton, la pequeña Gracia
corrió por la arena. "¡Papá,
papá, llévame a jugar en el agua! ¡Por favor, por
favor!"
Hudson no podía evitar reírse ante su adorable hija.
Pero no se sentía listo para jugar en el agua con los
niños. Se frotó su fino cabello mientras decía:
"Tenemos mucho tiempo para hacer eso, Gracia. Ahora, papá quiere
caminar un rato solo. ¿Está
bien?"
Era una mañana de domingo brillante cuando Hudson
se quitó los zapatos y las medias, se enrolló los pantalones y
dejó que la arena se deslizara entre los dedos de sus pies para luego
ser lavado por las olas suaves que iban y venían. Era una imagen
pacífica y perfecta - excepto que Hudson
no se sentía en paz. El ir a Brighton no había
aliviado su tormento interno. Sus pasos se aceleraron y comenzó a
correr a lo largo de la costa.
Una y otra vez se recordó a sí mismo que no
tenía fondos para mantener a los misioneros que quería enviar a China.
Si le pedía a la gente que fuera, enfrentarían
el peligro y hasta el hambre quizás. ¿Eso
era justo?
Se dio cuenta que estaba demasiado enfermo para tratar de
correr en la arena. María seguramente lo
recriminaría si lo veía así. Sin
embargo, se mantuvo en movimiento, sus pensamientos giraban y saltaban
constantemente. Aún si los misioneros morían de hambre,
irían directamente al cielo, y si se salvaba aunque sea un solo chino, eso ¿no valdría el sacrificio?
Aún así, ¿podía pedirle a los misioneros que
hicieran ese sacrificio?
Exhausto, Hudson se
hundió en la arena y descansó sobre un
trozo de madera flotante. El sol brillaba, y cerró sus ojos y dejó caer su
cabeza hacia atrás. El calor del día se coló bajo
su piel y casi sintió que podía ceder a su necesidad desesperada
de dormir.
Repentinamente, se sentó derecho como un cirio. Si
esos misioneros iban a la China,
no sería porque Hudson Taylor se los pedía. Sería porque el Dios mismo se los pediría.
Sentado en la arena, sin que nadie le escuchara, Hudson
dijo en voz alta: "Porque, si estamos obedeciendo
al Señor,
la responsabilidad está sobre Sus hombros, no sobre los nuestros."
Levantó sus manos y miró hacia el cielo: "¡La carga
es Tuya, Señor! Como tu siervo, continuaré trabajando, dejando los resultados a
Ti."
Hudson sintió un gran alivio. La carga ya no estaba sobre sus hombros -
¡nunca había estado! Los cinco misioneros que envió a China
estaban haciendo el trabajo del Señor, no el
trabajo de Hudson Taylor. ¡La convicción que sintió acerca
de la evangelización de la parte interior de China era una
convicción que venía de Dios mismo!
Con las olas del
océano rompiendo a sus pies y el sol brillando sobre sus hombros, Hudson
tomó un lápiz y sacó su Biblia de su bolsillo.
Encontró un espacio en blanco en el margen y
escribió simplemente: "Oré por veinticuatro trabajadores
dispuestos y habilidosos en Brighton, Juni 25,
1865." Veinticuatro nuevos misioneros, incluyendo los que ya se
habían ido para China,
que trabajarían en grupos de dos para alcanzar las partes más
remotas del
país.
Con energía renovada, Hudson
caminó con grandes pasos en la arena hacia la casa en Brighton
donde su familia y amigos le estaban esperando. Cuando
María le vio venir, inmediatamente supo que algo tremendamente
importante había sucedido. Ellos estuvieron levantados hasta
tarde en la noche hablando con voces bajas y entusiastas acerca de de lo que
esta experiencia significaría para su familia y para la labor en China.
Lo primero que Hudson hizo en la mañana fue ir a Londres y, con un
pequeño depósito, abrió una cuenta bancaria a nombre de la
Misión del Interior de la China.
María y Hudson se quedaron en Inglaterra por casi un
año más, estimulado por su meta de regresar a China
con suficientes grupos para alcanzar las áreas interiores, en vez de
quedarse en la seguridad de las costas. Hudson
terminó su trabajo en un libro que tuvo mucha
influencia, Las Necesidades y los Clamores Espirituales de la China, que
atrajo mucha gente a su causa. La cuenta bancaria que abrió en una forma
tan humilde creció gracias a contribuciones generosas a un paso más rápido que el que nadie pudo haber
imaginado.
El 26 de mayo de 1866, los Taylor y sus cuatro hijos, acompañados por
una pareja casada, cinco hombres solteros y nueve mujeres solteras, abordaron
un barco llamado "Lammermuir" y nuevamente navegaron hacia la China.
La Misión del
Interior de la China
había nacido de la fe en un día soleado en Brighton.
Extracto tomado de Hudson Taylor por Susan
Martins Miller.
Publicado por Barbour Publishing, Inc. Uhrichsville, Ohio, 1993.
EL EJEMPLO DE LOS APÓSTOLES
- el poder a
través de la oración
"Dadme cien predicadores que no le teman a nada
excepto al pecado y que no deseen nada que no sea Dios, a mí me da igual
si son predicadores ordenados o laicos. Sólo tales
hombres estremecerán las puertas del infierno y
construirán el reino del
cielo en la tierra. Dios no hará más que
responder a la oración."
- John Wesley
Los apóstoles concocían la necesidad y el
valor de la oración en su ministerio. Ellos sabían que su alta comisión como
apóstoles, en vez de aliviarles de la necesidad de orar, los
comprometía a orar por una necesidad aún más urgente;
así que eran excesivamente celosos para que ningún otro trabajo
importante les quitara su tiempo y evitara que oraran como
debían. Por tanto, nombraron a laicos para cuidar la delicada y
creciente labor de servir a los pobres, para que ellos (los apóstoles) pudieran
"persistir en la oración y en el ministerio de la palabra"
(Hechos 6:4) sin ser molestados. Se coloca la oración primero y su
relación a la oración se describe como "persistir en la
oración." Significa que lo convirtieron en un
negocio, rindiéndose a la oración, colocando su fervor, urgencia,
perseverancia y tiempo en la oración.
¡En qué forma los santos
hombres apostólicos se dedicaron a esta divina labor de la
oración! "Orando con exceso de noche y de día," dice
Pablo. "Persistiremos en la oración," es el consenso de
la devoción de los apóstoles. ¡Cómo estos predicadores
del
Nuevo Testamento se entregaban a sí mismos en oración por el
pueblo de Dios! ¡Cómo hacían que Dios trabajaba con gran
fuerza dentro de la Iglesia a través de la oración! Estos santos apóstoles no se
imaginaban vanamente que ya habían cumplido sus altos y solemnes deberes
al llevar fielmente la Palabra de Dios, sino que su prédica estaba hecha
para mantenerse y ser dicha con el ardor y la insistencia de su oración.
La oración apostólica era tan fatigosa, penosa y necesaria como la prédica
apostólica. Ellos oraban en forma poderosa día y noche para
llevar a su pueblo a las regiones más altas de
la fe y de la santidad. Ellos oraban aún más poderosamente para
mantenerles firmes en este alta nivel espiritual. El predicador que nunca aprendió en la escuela de Cristo el
alto y divino arte de interceder por su pueblo nunca aprenderá el arte
de la prédica, aún cuando aprenda mucho de la teoría y
aún cuando sea el genio con mayores dones en cuanto a hacer y dar
sermones.
Las oraciones de líderes apostólicos y santos hacen mucho en cuanto al
hacer santos de quienes no son
apóstoles. Si los líderes de la Iglesia hubiesen sido tan
fervientes y si hubiesen dado tanta importancia a la oración por su
gente como lo hicieron los apóstoles, las épocas tristes y oscuras
llenas de mundanalidad y apostasía no hubiesen marcado la historia y
eclipsado la gloria y afectado el avance de la Iglesia. La oración
apostólica hace santos
apostólicos y mantiene épocas apostólicas de pureza y
poder en la Iglesia.
¡Qué elevación del alma,
qué pureza y elevación de motivos, qué falta de
egoísmo, qué auto-sacrificio, qué trabajo penoso,
qué ardor de espíritu, qué tacto divino! Éstos son
requisitos para ser un intercesor por los hombres!
El predicador debe concentrarse en la oración por su pueblo, no
solamente para que ellos sean salvados, sino para que
sean salvados en una manera formidable. Los apóstoles persistieron en la
oración para que sus santos
fueran perfectos; no para que debieran tomar algo de gusto a las cosas de Dios,
sino para que sean "llenos de toda la plenitud de Dios." Pablo no
confiaba solamente en su prédica apostólica para lograr este fin, sino que "por esta causa se arrodilló
ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo." La oración de
Pablo llevó a los conversos por la vía de la santidad, más
allá de lo que lo llevó su prédica. Epafras hizo lo mismo
o más con la oración por los santos colosenses de lo que hizo
con su prédica. Él trabajó
fervientemente, siempre en oración por ellos para que "ellos fueran
perfectos y completos en toda la voluntad de Dios."
Los predicadores son predominantemente los líderes
de Dios. Son los primeros responsables de la
condición de la Iglesia. Ellos forman su
carácter, le dan tono y dirección a su vida.
Mucho del camino depende de estos líderes. Ellos le dan forma a los tiempos y a las instituciones. La
Iglesia es divina, el tesoro en ella es celestial,
pero lleva consigo el cuño del
humano. El tesoro está en recintos terrenales, y huele a esos recintos. La Iglesia de Dios hace, o está
hecho por sus líderes. Si los hace o es construida por ellos,
será lo que sus líderes sean: espiritual
si ellos son así, secular si ellos son así, heterogéneo si
sus líderes son así. Los reyes de Israel
le dieron su carácter a la piedad de Israel.
Una Iglesia rara vez se rebela contra o se eleva por encima
de la religión de sus líderes. Los líderes
fuertemente espirituales, hombres de santo poder, en el puesto de mando, son
fichas del
favor de Dios; el desastre y la debilidad siguen a los líderes que son
débiles o mundanos. Israel había caído muy bajo cuando Dios le dio hijos para
que fueran príncipes y niños para que les mandara. Los
profetas no predicen ningún estado feliz cuando los niños oprimen
al pueblo de Israel
y las mujeres mandan
por sobre ellos. Los tiempos de liderazgo espiritual son
tiempos de gran prosperidad espiritual para la Iglesia.
La oración es una de las características más
importantes de un liderazgo espiritual fuerte. Hombres de gran oración son hombres de poder que moldean las
cosas. Su poder con Dios les da el poder de conquista.
¿Cómo puede predicar un hombre que no
reciba su mensaje fresco desde Dios mientras está aislado?
¿Cómo puede predicar sin tener su fe
reforzada, su vista clara y su corazón calentado por su encierro con
Dios? Ay de los labios que hablen desde el púlpito y no estén
tocados por la llama del
encierro con Dios. Secos y sin unción estarán siempre y las
verdades divinas jamás saldrán de esos labios con un poder real. En lo que concierne a los intereses reales de
la religión, un púlpito sin aislamiento
con Dios siempre será una cosa estéril.
Un predicador puede predicar en una manera oficial, entretenida o aprendida
sin oración, pero hay una distancia inconmensurable entre esta clase de
prédica y la siembra de las preciosas semillas de Dios con manos santos
y llenas de oración, y con corazones que claman.
Un ministerio sin oración es el enterrador
de toda la verdad de Dios y de la Iglesia de Dios. Puede que tenga el
ataúd más costoso y las flores
más hermosas, pero es un funeral, sin importar el hermoso arreglo que le
rodea. Un cristiano sin oración nunca
aprenderá la verdad de Dios; un ministerio sin oración nunca
será capaz de enseñar la verdad de Dios. Eras de gloria milenaria
se han perdido por una Iglesia sin oración. La
llegada de nuestro Señor se ha pospuesto indefinidamente debido a una
Iglesia sin oración. El infierno ha crecido y ha llenado sus horribles
simas en presencia del
servicio muerto de una Iglesia sin oración.
La mejor y la más grande ofrenda es una ofrenda de oración. Si
los predicadores del
siglo XX aprendieran bien la lección de oración y usarán
completamente el poder de la oración, el milenio llegará a su fin
antes que termine el siglo. "Orad sin cesar" es el llamado de
la trompeta a los predicadores del
siglo XX. Si el siglo XX obtiene sus textos, sus pensamientos, sus palabras,
sus sermones en su encierro con Dios, el próximo siglo se
encontrará con un nuevo cielo y una nueva
tierra. El viejo cielo y tierra marcados y eclipsados por el pecado
desaparecerá bajo el poder de un ministerio de
oración.
- E. M. Bounds
Continuación
de El Progreso del Peregrino
Cuando Cristiano probó la llave en la puerta del calabozo, ésta se
abrió de par en par con toda facilidad, y Cristiano y Esperanzado se
deslizaron afuera. Sin embargo, el abrir el gran
portón de hierro era desesperadamente difícil. Cuando finalmente se abrió, chirrió tan fuerte que
despertó al gigante Desesperación.
El gigante se levantó de un salto pero sus
piernas cedieron y se desplomó en el suelo con un ataque tal que no pudo
salir en persecución de los peregrinos. Estos se
escaparon y llegaron a la carretera principal, donde una vez más se
encontraban a salvo.
Cuando Cristiano y Esperanzado volvieron a pasar por el lugar donde se
desviaron, quisieron advertir a otros peregrinos para que no cayeran en manos del gigante Desesperación.
Decidieron levantar un pilar con una inscripción: „Este
desvío conduce al Castillo de la Duda, a cargo del gigante
Desesperación, quien desprecia al Rey del país celestial, y busca
destruir a sus santos peregrinos."
Los dos peregrinos continuaron su viaje hasta que llegaron a las
Montañas Deleitosas, las cuales pertenecían al Señor del Palacio Hermoso. Aquí se pasearon a su gusto, admirando los hermosos jardines y probando las
deliciosas frutas.
En la cumbre de las montañas había pastores con sus
rebaños. Estos eran Conocimiento, Experiencia,
Vigilante y Sincero. Los peregrinos les preguntaron acerca
de las montañas, y les contaron sus experiencias. Tomando a los peregrinos de la mano los pastores los llevaron a sus
tiendas. Luego les rogaron que comieran del alimento que tenían
preparado y que se quedaran por un tiempo en las Montañas Deleitosas.
A la mañana siguiente los cuatro pastores invitaron a los peregrinos
a caminar con ellos por las montañas. Después de haber caminado por un tiempo, disfrutando del
hermoso paisaje, llegaron a la cumbre de una colina llamada Error. Mirando
hacia abajo vieron los huesos de los hombres que se habían matado al
caer desde un peñasco en la parte distante de
la montaña.
„¿Qué significa esto?"
preguntó Cristiano.
Los pastores contestaron: „Estos son los huescos de los que se
volvieron de la verdad y así se despeñaron en el precipicio
encontrando la muerte."
Luego los pastores los llevaron a la cumbre del Monte Cautela. Desde
allí podían ver ciertos hombres en la distancia vagando entre las
tumbas como
ciegos.
„¿Qué significa esto?"
preguntó Cristiano.
„Un poco más abajo en estas
montañas, no viste un pasaje que conduce a una pradera cercana? Ese pasaje lleva al Castillo de la Duda. Esos hombres que ves allí habían comenzado su
peregrinaje, pero debido a que el camino principal era escabroso se apartaron
hacia la pradera y fueron capturados por el gigante Desesperación. Este los encegueció y los llevó entre las tumbas
donde todavía siguen vagando.
Cristiano y Esperanzado se miraron uno al otro con lágrimas en sus
ojos, pero no dijeron nada.
Entonces vi que los pastores les condujeron a una
puerta al pie de una colina. Abriendo la puerta les mandaron
mirar adentro. Los peregrinos vieron un foso
obscuro de donde se levantaban columnas de humo y el ruido del
fuego. Sintieron el olor del
azufre y los gritos de los atormentados.
„¿Qué es esto?" preguntó
Cristiano.
„Esta es la puerta de los hipócritas, el
atajo hacia el Infierno," contestaron los pastores.
A todo esto los peregrinos estaban deseosos de seguir adelante, así
que los pastores los acompañaron hasta un alto
cerro llamado Claridad. Allí los pastores dijeron:
„Mostrémosles las puertas de la Ciudad Celestial con nuestro
telescopio." Cuando los peregrinos trataron de mirar por
el telescopio, sus manos temblaban tanto que no podían ver bien. Sin embargo, les pareció distinguir las puertas y
también algo de la gloria de aquel lugar.
Al despedirse, uno de los pastores les dio un mapa del
camino, otro les dijo que tuvieran cuidado con Adulador, otro les advirtió
de no dormirse en el Campo Encantado, y el cuarto les deseó la
bendición de Dios."
- Continuará -
Extraído del libro El progreso del peregrino
ilustrado.
© El progreso del
peregrino ilustrado. Editorial Portavoz, PO Box 2607, Grand Rapids,
Mi, 49501-2607, U.S.A.