Para aquéllos que buscan la verdad y una vida
dinámica
Cristo es Vencedor
Mayo/Junio 2003
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Número EL PECADO Y LA
INMORALIDAD HACEN QUE EL CORAZÓN SEA TAN DURO COMO EL GRANITO
"Ríos de aguas echan mis ojos por
el quebrantamiento de la hija de mi pueblo. Mis ojos destilan y no cesan, porque no hay alivio hasta que
Jehová mire y vea desde los cielos" (Lamentaciones 3:48-50).
Vemos
una grave insensibilidad y dureza de corazón que atrapa a los hombres de
nuestra generación. Los medios de comunicación,
los periódicos, la televisión y las revistas están llenas
de violencia y la cobertura que se da a los descorazonadores actos de
terrorismo y los baños de sangre es simplemente espantosa. Todo esto tiene el efecto de endurecer el corazón y quitarle
toda compasión.
Un hombre
llegó al púlpito poco después de una conferencia y me
dijo: "Señor, justo como estaba usted
diciendo en su mensaje ahora; me emborraché, golpeé a mi esposa
que estaba embarazada y la eché. Luego hice que otra mujer joven creyera
que no estaba casado y me casé con ella." Por primera vez en su vida, este hombre comenzó a arrepentirse de sus pecados y
entregarse a Cristo. Además, su descarriada
promiscuidad sexual le había causado el contraer una horrible enfermedad
de la piel, y tuve que orar por él. La compasión por su
pobre esposa, a quien él había maltratado tanto, había
comenzado a llegar a él. El pecado y la
inmoralidad hacen que el corazón sea tan duro como el granito. Pero cuando el pecado se
confiesa ante Jesús y se deja, entonces el amor y la preocupación
por los demás surgen en nosotros como un nuevo amanecer.
Cuando
se para frente a la cruz de Jesús, llega un
ablandamiento inconfundible a su corazón. Esa frialdad
estudiada, esa elegante indiferencia
ante el clamor de la miseria humana, esa fría inexpresividad desaparece
y deja el camino libre para una actitud positiva y para el amor.
La calidez del
cielo llega a esa cara endurecida y fría. Ese
es el amor de Jesús, que llega allí.
En el Libro de las Lamentaciones vemos al profeta Jeremías
lamentándose acerca de la indigencia espiritual de Jerusalén. Con la visión futura de un profeta el había predicho la destrucción
física de Jerusalén. Ahora él se lamenta
por el pueblo de Dios. "Ríos de aguas echan mis ojos por el quebrantamiento de la
hija de mi pueblo."
El arte
moderno de la hipocresía está tan avanzado que ellos simplemente
no reconocen que un nivel de vida más alto no
es la solución completa y final a sus problemas. ¿Por
cuánto tiempo vamos a negarnos a nosotros mismos que creemos que cuando
llenamos nuestros hogares con comodidades materialistas de todas clases entonces
somos felices?
Una dama
en Europa me dijo: "La
televisión ha causado una ruptura total en la comunicación en
nuestro hogar. Antes, nos acostumbrábamos a sentarnos y conversar unos
con otros. Ahora, mi esposo y mis hijos están tan absorbidos por los
programas de televisión que apenas me hablan." ¡Qué
tragedia! Otra mujer pudo haber sufrido de una crisis
nerviosa. Pero esta dama que se había arrepentido de sus pecados y
encontró la maravillosa sanación que Jesús otorga a un alma enferma por el pecado, en uno de nuestros retiros en Europa, está
comprobando que Jesús es suficiente para todas sus necesidades. Pude
lamentarme por ella. Cuánto sufrimiento le infringe su esposo.
Hay hogares alrededor de nosotros por quienes debemos derramar
lágrimas en oración. Las oraciones reales abren una fuente de compasión en nuestras almas. Simplemente, yo no puedo entender
cómo la gente pasa todos sus días en una especie de
reclusión egoísta. Parece como si ellos se hubiesen dicho a sí
mismos: "Bueno, hay poco que
pueda hacer por aliviar las cargas de los demás mientras esté
literalmente aplastado por mi propia carga." Así que al
decirlo, ellos cierran sus ojos y caminan por la vida, sin ocuparse por nada
que no sean sus propios deseos y placeres. Uno puede
lamentarse por gente como esa. ¡Que personas tan pobres y
miserables son! Ellos son una maldición para sus
propios hijos.
Una vida
sin Cristo, un corazón sin compasión y
ojos sin lágrimas son una gran calamidad. Usted no
sabes cuánto está perdiendo. Me afecta mucho cuando recibo
cartas que dicen: "¡Nunca
he conocido el amor de un padre!"
Lamentémonos en oración por las almas que están perdidas, que añoran
el amor y que están amargadas en este triste mundo nuestro.
- Joshua Daniel
ENTRÉGALO A MÍ
La carrera del
misionero E. Stanley Jones, quien murió en 1973, casi se vio acortada
por la preocupación crónica. Cuando
llegó por primera vez a la India,
Jones se acabó a sí mismo, trabajando y preocupándose.
"Sufría
con tanta severidad de fatiga del cerebro y fatiga
nerviosa, que colapsé _ no una vez, sino muchas veces," escribió
posteriormente. A bordo del
barco de regreso a América, colapsó de nuevo y el médico
lo puso en cama. Después de un año de descanso, intentó
regresar a la India, pero se convirtió en un manojo de nervios en el
viaje de regreso y llegó a Bombay convertido en un hombre gastado. Sus
colegas le advirtieron que cualquier intento para continuar su ministerio en ese estado de ansiedad podría resultar fatal.
Una
noche, mientras oraba, en una oscuridad emocional, Jones pareció
escuchar una Voz que le decía: "¿Estás
listo para este trabajo, para el cual te he
llamado?"
Jones
dijo: "No, Señor, no lo
puedo hacer. He llegado al final de mis recursos"
"Si me entregas todo a Mí y no te preocupas, me ocuparé de eso," le pareció que decía la Voz.
Jones
contestó: "Señor,
hago ese trato aquí y ahora."
Una gran
sensación de paz rodeó a Stanley Jones,
una corriente de abundante vida que pareció moverlo de sus pies. Su
energía regresó, su entusiasmo surgió y regresó a
su trabajo con una vitalidad que jamás había sentido antes. Jones
se entregó a una vida de ministerio en la India, escribiendo numerosos libros, y ejerciendo
el ministerio ante multitudes alrededor del mundo.
Posteriormente
escribió: "Esto es lo que
sé: mi vida se transformó completamente y se elevó
después de esa noche... cuando en la profundidad de mi debilidad y
depresión una voz me dijo: `Si me entregas todo a Mí y no te preocupas, me ocuparé de eso,' y yo le contesté: `Señor, hago
ese trato aquí y ahora'"
Eche su
carga al Señor y Él le sustentará; no dejará para
siempre caído el justo... Eche toda su ansiedad sobre
ÉL, pues Él tiene cuidado de usted (Salmo 55:22 & I Pedro
5:7).
La
preocupación es el interés que pagamos sobre las preocupaciones del mañana.
- E. Stanley Jones
FE Y
AMOR
"Porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra
por el amor" (Gálatas 5:6).
¡La
fe que obra por el amor! La vida cristiana
se vive por la fe. Cuando el pecado nos abandona, la fe
llega a nosotros. Cuando nacemos de nuevo, todas las virtudes
de Dios llegan a nosotros. Esas virtudes llegan a
nosotros en una forma rudimentaria en la conversión.
Cuando
se crece en la fe, la fe afecta hasta la sangre. En un hombre que tenga una fe real en Jesús, hasta su
sangre se hace poderosa. La sangre del hombre normalmente tiene la capacidad de
matar a los gérmenes. Con el pecado en el corazón hasta la sangre
se hace débil. Si se tiene un corazón
puro, no importa lo que coma, siempre será más fuerte. No se
puede tener este tipo de fe con un corazón
pecador.
Cuando
se estudia la Biblia y medita en la Palabra de Dios, la fe
crecerá. Al procesar la Palabra de Dios y comenzar a orar, la fe se hará más profunda en la corazón.
Los más grandiosos misioneros y santos pasaban muchas horas en oración. George Muller solía completar el estudio de la Biblia cuatro
veces cada año. El Señor me
enseñó estudiar la Biblia arrodillado. Yo aprendí
arrodillado lo que les predico. Cristo les
enseñará. Es evidente que muchos de
ustedes no están estudiando la Biblia. Eso es un
pecado. Eres como el impuro. Cuando nace un
niño, toma la leche de su madre. De la misma manera
tenemos que tomar la Palabra de Dios.
Puede ser que usted tenga dinero. Pero sin fe, tener dinero es peligroso. Todo
tipo de maldades llegará a usted. ¿Tiene
fe en el Dios viviente? Aquellos que
no estudian la Biblia son hombres muertos. "El hombre no vive solamente de pan, sino de la Palabra de
Dios."
El amor es el poder supremo. Dios es el poder supremo porque Él es amor.
Usted puede decir: "Bueno,
nosotros también amamos a nuestros hijos" Muchas veces eso
no es un amor verdadero, sino un amor egoísta. Pero el amor de Dios es santo. Cuando se tiene ese amor divino, puede hacer muchas cosas. La fe transforma nuestro amor ordinario en el amor divino de
Dios. El amor de una madre es un amor animal. Pero con
Cristo, cuando una madre ama, entonces es un amor
poderoso. Cuando la fe llega, hace que el amor natural
cambie y se convierta en amor poderoso. Cuando se ora con este
poderoso amor, entonces se recibe poder desde lo Alto. ¿Ha usted
obtenido este amor divino?
Si se trata de amar a diez personas, se hará
más fuerte. Dios ha amado tanto al
mundo que envió a Su único Hijo al mundo, para morir por
nosotros. El lugar más cercano al cielo es nuestro
propio hogar, porque el amor está allí. Los
hijos aman a sus padres. Los esposos y esposas se aman
el uno al otro y así sigue. El cielo es un
lugar muy hermoso, hecho de amor. Si Cristo está con el esposo y la
esposa, entonces su amor es amor verdadero. Cuando Cristo está con
nosotros, no hay peleas. Sin Cristo, se puede tener amor, pero será
simplemente amor animal o amor natural. Cristo dará un
nuevo amor.
El Espíritu Santo le mantendrá lejos del pecado. San Pablo escribió en una forma gloriosa acerca
del amor, mencionando ocho puntos en I Corintios, capítulo 13. Uno de
ellos es: "El amor no se regocija
en la iniquidad." Cuando uno se convierte en un
verdadero cristiano, Cristo le dará una naturaleza nueva. Dios no es mentiroso, y así no podrá mentir.
Una hermosa armonía se encuentra donde haya amor verdadero. ¿Ama a su vecino?
Cristo le da amor verdadero. En el momento en que
comienza a albergar enojo y odio, algún tipo de
enfermedad comienza en usted. Jesús desde la cruz
perdonó hasta a la gente que le había crucificado. Si se enoja, su estómago se altera. La gente que
está llena del espíritu del odio y la venganza muere a temprana edad. Sí, el hombre tiene alguna clase de amor. Pero este amor animal es muy egoísta. Dice: "Yo y mi familia." Cuando
llega Cristo, Él cambia este egoísta
amor natural en amor divino. Encuentra que su corazón
está cargado por los demás. Cuando comienza a amar a sus vecinos y su familia, será bendecido.
Muchos creen que el Cielo está en alguna parte. No, el Cielo comienza en
nuestros hogares cuando usted se convierte. Dios llena el corazón
limpio con amor. Si una iglesia tiene a una docena de
personas que tienen el amor divino en sus corazones, esa iglesia será
bendecida. ¿Hay amor verdadero en su familia?
¿Está contemplando hacer algo en contra de
otros? San Pablo nos enseña a amar a los demás. En
todas partes tiene que haber amor. Debemos
lamentarnos por no amar a nuestros vecinos, familiares y a los demás.
¿Por qué odiar a los demás? "Y aunque posea el
don de la profecía, si no tengo amor, no soy nada." Esa es la
enseñanza de la cristiandad. Cuando usted ama a
los demás, se convierte en una bendición y su vida será
más poderosa. ¿Qué es lo que en
realidad nos hace falta? No es el dinero, sino el amor. Pero,
¿por qué no experimentamos ese amor? Si
hay impureza en nuestros corazones, no podemos experimentar ese
amor.
Quienes aman a los demás permanecen en Dios. ¿Tiene usted un
corazón puro? Si está convertido y estudia la Biblia, su amor se hará
divino. El amor es ilimitado en su
poder. Amémonos los unos a los otros. El
final de la enseñanza cristiana es el amor.
José estaba lleno de amor. Él besó a sus enemigos. El hizo
cambiar el malvado e idólatra país de Egipto de su tiempo y lo
convirtió en un lugar de bendiciones. Daniel estaba lleno de amor y oró por su propio pueblo que
estaba en esclavitud. Fue la oración de Daniel
la que llevó a los judíos de nuevo a Jerusalén desde
Babilonia.
El amor verdadero lo da Cristo a los demás. Si usted tiene amor verdadero,
enseñará a otros acerca de Cristo. El
mejor regalo del amor celestial dado al mundo es Jesucristo. Si ama a sus parientes políticos, les dará el
Evangelio. No hay paz y amor real excepto a
través del Salvador Jesús.
- N.Daniel
SALVADO DEL DESASTRE
El
granjero Lowe estaba cruzando la línea del tren en su camino hacia una granja vecina,
cuando se dio cuenta de que había un hueco en las vías. El tren
de la tarde ya casi estaba llegando, y él no tenía tiempo para ir
y notificar a los agentes del tren que estaban en la estación
cercana, así que no había más nadie que pudiese advertir
al maquinista sino él. Meciendo una linterna con una mano y un pañuelo blanco con la otra, se quedó parado
por unos minutos a un lado de la vía. Él podía escuchar el
rugido del tren que se aproximaba y, sin importarle la posibilidad de ser
atropellado, se paró entre los rieles de la vía e hizo que el
tren se detuviera.
¡Qué
escena vieron los ojos de los pasajeros y del maquinista! A solamente doscientas yardas
delante del tren había un gran agujero en la vía. Una lluvia fuerte
esa tarde había causado un torrente que abrió un hueco de cuarenta pies
de profundidad y sesenta y cinco pies de ancho. Los rieles y los durmientes
permanecían intactos, balanceándose precariamente a lo ancho de la hondonada.
La
acción pronta de Lowe había salvado las vidas de muchos de los
pasajeros. Muy pocos de ellos hubieran soñado que
mientras el tren donde iban se desplazaba suavemente, iba directamente hacia la
destrucción, si no hubiese sido detenido.
Para uno de los que iban en el
tren, la muerte hubiera significado una gloria súbita. Un predicador del evangelio muy veterano era uno de los
pasajeros, y estaba viajando en una jornada evangélica. La muerte para
él no hubiese llevado consigo terrores eternos.
Pero
para los que estaban perdidos la muerte hubiese significado el acortamiento de
sus vidas y la determinación de dónde hubiesen pasado la
eternidad, porque como entran
en la eternidad, así lo pasarán. Si entran en ella
perdido, pasarán la eternidad de estado perdido. ¿Quién
puede medir ese horror?
Cuando
el maquinista del tren vio las señales de Lowe, como un hombre sensato pisó los frenos y
pudo detener el tren a tiempo. ¿Qué podemos
decir de quienes no le dan importancia a las advertencias de las escrituras?
Esta página impresa es una señal que se muestra a lo ancho de tu camino. ¿Usted
está advertido? Dios le garantiza que lo
será, pero si se rehúsa a pisar los frenos, se asegura la
destrucción eterna. ¡Sé sabio!
Se hizo una colecta entre los pasajeros que habían sido salvados
de la muerte y de las lesiones, y apenas llegó a los $25. Contando los 200 pasajeros del tren, esta contribución
promedió 12,5 centavos por cabeza. Uno pudiera
desear que los pasajeros no hubiesen hecho la colecta en vez de expresar su
gratitud en una manera tan poco generosa. ¡Debemos creer que quien estuvo
a cargo de entregar una suma tan mísera se sonrojó al pensar
cuán malagradecidos fueron los pasajeros!
¿Pero
qué puede decirse del alto precio que pagó Jesús en
la Cruz para la salvación de los pecadores? Las
palabras no pueden describirlo. Las matemáticas no poseen cifras
que puedan expresar tal suma. Fue un
precio infinito, la Sangre del Señor Jesucristo.
Y de
nuestra parte, ¿qué respuesta hemos dado? Recuerda
que "Jesucristo... se dio a
Sí mismo en rescate por todos" (I Timoteo 2: 5-6). Fue por todos. Los $25 de los
pasajeros fue una suma lastimera. ¿Su respuesta
ha sido mejor?
-Seleccionado.
LA ATMÓSFERA DEL AVIVAMIENTO
"Tengo gran tristeza y un continuo dolor en mi
corazón," Romanos 9:2.
¡Cuán
fácil es evangelizar en la atmósfera del avivamiento! Uno puede predicar cinco veces
diariamente durante algunos meses sin sentirse
débil. Muchos evangelistas jóvenes están maravillados
cuando leen acerca de la labor extenuante de John Wesley, quien recorrió
todas las islas británicas a caballo año tras año,
predicando desde las cinco de la madrugada hasta cerca de la media noche,
día tras día, hasta su ancianidad. La explicación es
simple: estaba evangelizando durante una época
de profunda elevación espiritual en la Iglesia. El estándar de
santidad entre los santos se elevó gracias a John, su hermano
Charles y sus asociados.
Si
uno se puede quedar en un sitio lo suficiente para
liderizar al pueblo de Dios a un estado de avivamiento, la tarea de predicar el
Evangelio se ve reducida a simplemente explicar el camino de la
salvación e invitar a buscar almas
agobiadas. Cuando los santos son
revividos, cada quien se agobia por las personas pérdidas alrededor de ellos,
de sus seres amados, sus vecinos, sus compañeros de trabajo y por todos
a quienes conoce. Las reuniones de oración están llenas con
personas, y cada una de ellas quiere que se ore por la
salvación de sus seres amados. Cada reunión de oración
será un clamor en el Espíritu por las almas
perdidas, ya que cada uno busca llevar consigo la carga de los demás en
su preocupación por sus seres amados. En tales reuniones hay una
desesperación por las peticiones y las oraciones,
confundidos con la confianza de que Dios responde a la oración. Tal
confianza produce una expectativa en las reuniones que se siente en la
verdadera atmósfera.
Con cada
creyente trabajando, orando y creyendo por la salvación de su gente perdida,
no es poco maravillarse ante la gran convicción que llega en la
reunión y que cae sobre los que no se han
salvado. Es poco maravillarse que hay una conmoción entre los que no
tienen Dios en la ciudad. ¡Es inevitable que las almas deban salvarse durante tiempos como esos! ¡Con qué alegría
los creyentes y los evangelistas trabajan juntos en la cosecha de almas pérdidas!
- James A. Stewart
Esta publicación periódica es emitida seis veces al
año por la Comunidad Internacional Evangélica de Laicos. Para obtener una subscripción
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Evangélica de Laicos (Laymen´s Evangelical Fellowship International)
Esta organización es un grupo misionero y de oración interdenominacional
que trabaja por las iglesias y entre los estudiantes en algunos paises del mundo. Invitamos a todos a
convertirse en aliados de Dios para cambiar su rincón del mundo donde viven. Entrenamos gente para el trabajo misionero y para ser misioneros
independientes.
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VENEZUELA :Malave Villalba, Conjunto 4, Edf. #7, Apto. 2-1, Guacara, Edo. Carabobo, Apartado postal 22, Tel.
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