Para aquéllos que buscan la verdad y una vida dinámica

Cristo es Vencedor

Julio/Agosto 2003

LUZ

Un asunto gravemente preocupante causa un peso en mi corazón. ¿Por qué no estamos exaltando el nombre de Jesucristo, incapaces de establecer ese flujo de luz alrededor de nosotros para que hombres y mujeres reconocen que Jesús es el autor de la Luz, Jesús es el Sol de la Justicia, Jesús es la Luz del mundo?

¿Cómo es que en la oscuridad que prevalece alrededor de nosotros, nuestra luz es apenas visible? Esto parece ser una contradicción grave, es mucho decir ¿hay en realidad luz? Si hay luz, ésta debe verse, debido a la oscuridad que prevalece. No puedo entender como la gente puede ser tan totalmente irracional. Si nuestras iglesias fuesen una luz, eso significaría que la tasa de crimen alrededor nuestro debería bajar.

Si usted es una luz, si nuestras familias son una luz, entonces debe haber personas que clamarían alrededor de nosotros diciendo: "Por favor, dennos algo de esa luz que les hace tan efectivos, tan felices, tan estables, tan seguros." Debería haber un clamor en torno a nosotros diciendo: "Dennos esa luz." El mundo debería estar mirándonos diciéndonos: "Necesitamos la luz que está en ustedes." ¿Por qué no somos capaces de llamar esa atención normal que la luz automáticamente genera?

Hasta las criaturas de la oscuridad parecen sentirse atraídas por la luz. Una vez vi como algo que parecía ser una criatura de la oscuridad de alguna manera trataba de acercarse a la luz, sin importar que tan atemorizante pudiera ser. Una vez vi algo que creí que era un ave que estaba en el suelo tarde en la noche pero que se arrastraba hacia la luz que salía de mi tienda. Dije: "¿Qué es eso?" Salí de la tienda y miré bien, era un gran escorpión. No sé qué hizo que el escorpión se acercara tanto a la luz, pero a menudo he observado que ese es el caso. La reacción normal de una criatura de la oscuridad debería ser alejarse de la luz y buscar un rincón oscuro. Pero a veces he visto que estas criaturas avanzan hacia la luz, quizás buscando alguna presa que puedan devorar que esté cerca de la luz.

¿Por qué podemos decir que somos cristianos? ¿Por qué debemos decir que somos los que caminamos en la luz, pues Él está en la luz? Nuestro Señor no tiene nada de oscuridad. No hay ninguna oscuridad en Él, nos han dicho. De acuerdo, entonces, ¿hay oscuridad en nosotros? ¿Hay media luz en nosotros? ¿Por qué nuestra luz no prevalece en la oscuridad de nuestro día? Eso es causa de gran pena para mí. Hay algunas causas para esta falta de luz. Debo decir que primeramente he notado que la gente no sabe orar.

Si una persona cesa de respirar, se le declara muerta inmediatamente. Cuando una persona que dice que es
cristiano no necesita de la respiración de la fe, se puede estar seguro que está tan muerto como un clavo. Esta charla de ser cristiano sin una oración adecuada que genera luz, ejemplo y bendición, ya no pude pasar sin provocarlo.

"Porque para Dios somos grato olor de Cristo" (II Cor. 2:15). Somos un grato olor para Dios. Si somos así, entonces debe haber algo muy atractivo en nosotros. Estamos perdiendo esa cualidad de ser espiritualmente atractivos. ¿Por qué somos repulsivos? ¿Por qué damos lástima? ¿Por qué es una contradicción lo que mostramos hacia afuera y lo que somos en nuestro interior? ¿Por qué damos una falsa señal a nuestro alrededor? Estas cosas son inexplicables. La cristiandad verdadera no puede vivir con estas contradicciones.

Creo que debe haber arrepentimiento primeramente en nosotros los predicadores. Siempre
mantengo que si el predicador es justo, la gente es justa. Si hay una palabra profética del Señor, entonces se descubre el pecado. Las fuentes de oscuridad se pueden identificar fácilmente y manejarlas. Pero cuando un predicador está sin oración y cuando no hay luz profética, entonces la situación puede ser muy mortal y oscura. Creo que esa es nuestra condición actual alrededor del mundo.

En realidad estamos destruyendo el mundo a través de la falta de avivamiento, falta de poder en la oración, falta de credibilidad en el púlpito. ¿Por qué decimos que somos cristianos si nuestra luz no brilla de forma tal que los hombres vean nuestras buenas obras y glorifiquen a nuestro Padre Celestial?

Se ve la luz, la luz ilumina las esquinas oscuras. La gente quiere la luz alrededor de ellos. ¿Somos una fuente de luz? ¿Somos capaces de orar hasta que haya luz?

¿Estamos creando luz? ¿Estamos emanando luz? ¿Estamos iluminando cada esquina? O, es tan triste que hasta en la labor cristiana la gente ame la comodidad y el tener un pequeño nicho para sí mismos. Y cuando engrandecen ese nicho y crecen en auto satisfacción y en otras comodidades, creen que han llegado. Qué maldición ser de esos que se sienten fácilmente satisfechos con la propia comodidad. ¡Qué maldición! ¿Estamos llamados a buscar y diseñar nuestra propia comodidad? ¡O, ser una fuente de luz en este mundo oscuro! ¡Ser un ejemplo para otros! ¡Ser una inspiración para quienes claman para ser inspirados!

Ahora, amado lector, no puedo estar de acuerdo con una presentación apática, opaca, y sin vida. Tenemos que estar con Cristo. Tenemos que arrepentirnos por todas esas fuentes de oscuridad que hemos permitido que nos penetren. Tenemos que tener fe en Dios.

Joshua Daniel

LOS FRUTOS DE LA FE
 

"Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe" (Isaías 27:3).

Sabemos que pertenecemos a un poderoso salvador. Él nos cuida; nos regaré cada momento. Cuando leo en la Biblia y veo las vidas de muchos hombres cuyas vidas probaron la fidelidad de Dios, mi corazón se derrite en gratitud. Abraham, José, Moisés y Elías no buscaron el mundo ni la gloria mundana. Ellos lo buscaron a Él, el Dios viviente, y vieron su fidelidad. Especialmente Daniel, a la edad de noventa años, ayunando y orando por su gente, vio el cumplimiento de las promesas de Dios en su vida. Dios elevó a Ciro para ayudarles. Dios puede elevar a los gentiles para ayudarnos. Dios puede proveer para nosotros. Nuestros enemigos están dentro de nosotros y no fuera de nosotros. Observe y ore que el "viejo hombre" no se levantara de nuevo. Nadie de fuera puede dañarnos. Cuando somos humildes y nuestro corazón es limpio, el cielo encuentra un canal para fluir a través de nosotros.

Einstein era capaz de descubrir fórmulas físicas que ayudaron a liberar grandes cantidades de energía física. Dios puede inspirarle con mayores formulas espirituales y mensajes más grandes. "El que obedezca mis mandamientos y los mantenga, ese es el que me ama. Y el que me ama, será amado por Mi Padre y Yo le amaré, y me manifestaré ante él." "Más bien busca primero el reino de Dios; y todas esas cosas se te concederán." Esas son grandes fórmulas. Deje que llenen su vida.

Pensé que debemos vender algunas cosas que están en nuestra casa para llevar a cabo el retiro, pero la comida en el barril y el aceite no fallaran. No tuve que vender nada. La oración es nuestro apoyo real. Dios nos ha dado hombres que toman la responsabilidad y se manejan perfectamente.

Un hombre que busca su propio ser se hace más pequeño y más pequeño hasta que desaparece. Un hombre que se consume a sí mismo por el reino de Dios se hace más grande y más grande y más grande hasta que su corazón envuelve a todo el mundo. La fe ve el final de los tiempos. Descubre las fórmulas que muestran el fin de los tiempos. Moisés vio el tiempo de Cristo. "Profetales levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare" (Deut. 18:18). Moisés vio a Cristo a distancia.

"Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto" (Isaías 27:6) Toma nota de que Israel florecerá y dará fruto, no Jacob. Jacob se había transformado. Toda la tierra se llenaría con su fruto. Dios está con nosotros. ¡Estar conscientes de Dios y de Cristo todo el día y toda la noche! Debemos esperar para ver cosas que el mundo jamás ha visto antes. Dios le cuidará día y noche. Hay una gran lucha por usted este año. La gente debe ver que no eres una persona ordinaria
por tu comportamiento. Quien le toque sentirá un gran choque porque Dios le cuida como a la "niña de Su ojo".

Se nos ha dado el dar prueba de Él. Todos los que van desde acá a alguna parte deben estar un reto ante los demás. Mantéense cerca de Él y su fruto llenará la tierra completamente. Sus seres amados pueden contradecir todas y cada una de sus palabras. Cuando está lleno con los frutos de Dios, ellos desearán aprender de usted. Su fe romperá y conquistará todas las barreras.

El difunto Sr. N. Daniel

UNA VISION DEL CIELO

Tuve una visión que me hizo tomar mi vida cristiana mucho más seriamente de lo que la había tomado antes.

En esta visión me vi a mí mismo como alguien activo en las actividades cristianas. Iba a reuniones cristianas, enseñaba en la Escuela Dominical, visitaba a los enfermos una vez más que otra. En todas estas cosas era sincero y no tenía idea de que estaba jugando al hipócrita. De hecho, me consideraba a mí mismo como una luz brillante.

Sin ninguna advertencia me enfermé terriblemente un día, y estuve en el umbral de la muerte. Pero desde que renací como cristiano sabía que podía confiar en la misericordia de mi Salvador. Entonces perdí la conciencia y repentinamente me encontré en el cielo. Era maravilloso ver los santos de Dios allí.

Al principio me vi lleno de un gran regocijo con el pensamiento de que estaba seguro y libre de pecado _ y así estaba. Pero entonces empecé a sentirme solo y algo triste. De alguna manera me sentí que era incapaz de mezclarme con esos gloriosos santos.

Mis pensamientos regresaron a mi vida pasada y lo desplegó ante mí como una película. Pero en todas las escenas había una palabra escrita "Perdonado." Pensé: "O, alabanzas al Señor, mis pecados no están anotados."

Pero al ver mejor mi vida me preocupé. La grabación mostraba mis pensamientos, sentimientos, acciones, etc. Demostraba cómo y para qué había usado mi tiempo, talentos y dinero, que Dios me había concedido durante mi vida en la tierra.

Ahora veía el mundo como Dios lo vio _ lleno de lujuria, adulterio, odio, brujería, guerra, mentira, chisme, rebelión, avaricia, orgullo, hipocresía, etc. Ahora pude ver los millones de personas enceguecidos por el pecado, luchando y cayendo en el foso del infierno. Nadie parecía preocuparse por ellos. También escuché los gritos de agonía de los que estaban atrapados en la red del pecado. Pero nadie parecía interesado en ayudarles.

Había estado muy ocupado (durante mi vida terrenal) divirtiéndome, incluso divirtiéndome religiosamente. Al verme a mí mismo ahora y mi forma de vida como Dios la había visto, me enfermé al darme cuenta de que había vivido en forma egoísta.

Pensé: "Si tan sólo pudiera regresar a mi vida desperdiciada." Pero eso jamás podría ser posible. Mis
oportunidades en la tierra ahora eran pasado. Pensé: "O Dios, daría cualquier cosa por haber vivido mi vida completamente por Cristo."

Repentinamente uno de los gloriosos santos se acercó a mí. Me dijo que ha venido para escucharme hablar de las victorias que había ganado, y de las almas que había tenido el privilegio de enviar a Cristo. ¿Qué podía decir? Todo lo que podía recordar era mi vida fácil y cómoda. Mi vida había estado repleta de la búsqueda del placer para mí mismo. Me preguntó acerca de su hijo. Su hijo había sido lleno de rebeldía y había vivido cerca de mí. "¿Alguna vez le hablaste de Cristo? ¿Hay alguna esperanza de que sea salvo?" preguntó.

Mi corazón se hundió dentro de mí al escuchar su pregunta. ¿Qué podía responder? Había conocido al muchacho y a sus problemas. Pero no me quise involucrar en sus dificultades y le había ignorado. El padre del muchacho debe haber adivinado la verdad cuando vio que me quedé en silencio. Me miró con una mirada de desilusión por sí mismo y lástima por mí, y lentamente se volvió y se alejó de mí.

Y entonces vi otra persona gloriosa. Esta era una viuda que había luchado contra grandes dificultades en la tierra, y que había conducido a sus hijos hacia Cristo, excepto a su hija menor. Ella me dijo que su hija menor se había dejado guiar por el glamour vacío del mundo. Me dijo: "Si alguien le hubiera demostrado el amor de Cristo, quizás ella pudiese haber abierto sus ojos. La conociste. ¿Te tomaste el tiempo para hablarle?" Nuevamente permanecí en silencio. Incliné mi cabeza porque no podía soportar ver su mirada posada en mí, esperando una respuesta.

Al estar sumido en mis pensamientos, otra persona se acercó a mí. Ésta era la forma glorificada de alguien que había sido un hombre negro en la tierra. Él se presentó a sí mismo y me preguntó en cuanto al grupo cristiano en el cual había hecho su labor y de sus compañeros que había dejado atrás, muchos de los cuales yo conocía. Preguntó: "¿Trataste de ayudarlos? ¿Fue tu vida un ejemplo para ellos? Por favor, dime, ¿hiciste algún intento para conducirles a la salvación?"

Conocí a este grupo. Pero nunca les había animado o ayudado. Había razonado que ellos no pertenecían a mi grupo que no mantenían mis convicciones, y que eran muy diferentes a mí en muchos aspectos. Pero ahora, en la clara luz del cielo, pude ver que yo había estado lleno de orgullo espiritual. Pensé: "O Dios, ¿esto es el cielo? El egoísmo de mi vida pasada, ¿me perseguirá por toda la eternidad? Señor, me siento tan poco merecedor. Si solamente pudiera vivir mi vida de nuevo." Lo único que sentía era angustia y me pregunté si encontraría algún consuelo en el cielo. Había desperdiciado mi vida en ambiciones inútiles y placeres sin valor alguno _ cuando bien pude haber llenado sembrando las semillas que hubiesen dado como fruto una eterna cosecha de frutos celestiales.

Entonces tuve una maravillosa visión. Miles de servidores fieles de Dios, que le habían servido a través de los tiempos, estaban pasando ante mí. Se veían como dioses y hubiera dado cualquier cosa por poseer su regocijo y belleza. Y entonces vi a Jesús, el Rey de reyes en sí mismo. Qué mirada de amor y admiración dio a sus fieles servidores, como fuera diciendo: "Bien hecho, Mis fieles hermanos." ¡Esa mirada de Jesús! Sentí que habría valido la pena morir cien veces para poder obtener una mirada tan amable de reconocimiento de Él.

Entonces se volvió hacia mí _ con pena _ y dijo: "Te encuentras que no tienes mucha armonía con los que dieron su vida para traer honor a Mi."

Clamé ante Él: "¡O Dios, Dios mío! Oculta mi vergüenza. Si solamente hubiera valorado las oportunidades que me diste para servirte. ¿Por qué aspiré a ambiciones y comodidades tan vacías? ¡Señor, ayúdame!"

Misericordiosamente, eso fue solamente una visión. Me levanté para darme cuenta que aun estaba en la tierra. Aun tenía oportunidad de vivir mi vida completamente para Él, quien dio todo por mí.

William Booth

¡COLOCA TU NOMBRE ALLÍ!

Ruth Bell Graham recuerda vívidamente el 2 de septiembre de 1933. Ella tenía trece años. Su padre, un cirujano misionero en la China, y su madre la estaban enviando a un internado en lo que hoy en día es Pyongyang, Corea del Norte. Para Ruth era una separación brutal, y ella con toda fe oraba para morir antes de la mañana. Pero llegó el amanecer, quedando sus oraciones sin respuesta, así que agarró sus maletas y se dirigió hacia la orilla del río. Ella estaba dejando atrás todo lo que amaba y que le era familiar: sus amigos chinos, los misioneros, sus padres, su hogar, sus recuerdos. El Nagasaki Maru la llevó lentamente río abajo del Whangpoo, hacia el río Yangtze y hacia el Mar de la China.

Una semana más tarde, ella estaba en su espartano dormitorio. Olas de nostalgia por su hogar la llenaron como una ola gigante. Ruth se mantenía ocupada todo el día, pero las noches eran más duras. Ella enterraba su cabeza en la almohada y lloraba hasta quedarse dormida, noche tras noche, semana tras semana. Ella cayó enferma y en la enfermería leyó los salmos, encontrando consuelo en el
Salmo 27: 10 _ "Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, el Señor me recogerá."

La herida y el miedo y la duda persistieron. Finalmente, desesperada, ella se dirigió a su hermana Rosa que también estaba en Pyongyang. Rosa le contestó con poca emoción: "No sé qué decirte, a menos que escojas algún versículo y coloques tu propio nombre en él. Será que eso sí te ayuda." Ruth agarró su Biblia y se dirigió hacia un capítulo favorito, Isaías 53, y puso su nombre allí: "Pero él fue herido por las transgreciones de Ruth, por sus ataduras Ruth fue sanada." Su corazón saltó en su pecho, y comenzó la curación.

- Seleccionado

Al llegar a la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: „¿Creéis que puedo hacer esto?" Ellos dijeron: „Sí, Señor." Entonces les tocó los ojos, diciendo: „Conforme a vuestra fe os sea hecho." Mateo 9:28-29

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