Comunidad Internacional Evangélica de Laicos |Declaración de fe
"¿No es mi palabra como el fuego?"- Jeremías 23:29
1. Creemos en un solo Dios verdadero y viviente;quien es de puro espíritu sin ningunas partes materiales; la esencia de quien es amor; quien es autosuficiente, inmutable, eterno, omnisciente, omnipresente, santo, todopoderoso e incomprensible. En todos sus caminos Él es soberano, lleno de gracia, honrado, justo, sufrido, misericordioso y es abordable sólo por medio de Cristo. Creemos en la pecaminosidad y el estado perdido del hombre, quien originalmente fue creado por Dios. Dios el Creador, en Su poder y sabiduría infinito, sostiene y gobierna a todas las criaturas y cosas por Su providencia más sabia y santa, según Su infalible conocimiento y voluntad inalterable, para gloriar Su propósito invencible y justo. Dios es amor y por eso todos Sus consejos y acciones sabios proceden de ésta, Su naturaleza esencial. Unidos en la esencia de Dios hay tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Cada uno de esas tres personas posee la entera esencia divina y por eso la de la perfección que perteneciendo a Dios pertenece a cada uno de las tres personas!

2. Las Escrituras tienen su origen en Dios Mismo y son dados por la inspiración de Dios. La autoridad de la Biblia depende completamente de Dios y es único y supremo. La Biblia es la única norma suficiente, segura y infalible del conocimiento salvador, de la fe y de la obediencia.

3. El nacimiento virgen, la muerte y la resurrección y ascención corporal, el señoría y la deidad de Jesucristo.

4. El Espíritu Santo es el agente divino para convencer al hombre de pecado, de santificación y de la necesidad de arrepentirse y hacer restitución de pecado personal del hombre y de su confianza en Jesucristo como su Salvador y Señor.

5. Sólo la muerte expiadora de Cristo es aceptable para Dios por la salvación del hombre.

6. Reconocemos los dos órdenes, el bautismo del creyente y la Cena del Señor que es llamado así porque fue ordenado y establecido por la autoridad de Cristo y confirmado por los apóstoles.

7. El regreso personal de Jesucristo, la resurrección de los muertos y el juicio final de toda humanidad por Jesucristo.

8. El castigo final de los impenitentes en la eterna seperación de Dios y la bienaventuranza de los rescatados en la eterna presencia de Cristo y de Su Iglesia.